Me tengo que parar por Madrid, me
lo debo a mi misma como madrileña de muchas generaciones por parte de madre, y
de dos por parte de padre. Nunca tuve pueblo como otros niños y eso me permitió
admirar mi ciudad.
En el taxi durante 15 de años me
han permitido observar como son nuestros visitantes, qué buscan y lo que opinan
de Madrid. Unos vienen de viaje de negocios pero aprovechan para salir a
disfrutar del ocio nocturno y nuestra gastronomía, otros lo hacen como turismo
tanto en familia, como en pareja.
Hay muchas parejas que pasan la
luna de miel en nuestra ciudad o amigos disfrutando previamente de la despedida
de soltero de alguno de ellos.
Los eventos deportivos atraen
muchos turistas nacionales e internacionales sobre todo el fútbol con el
Atlético de Madrid y el Real Madrid.
El encendido de Navidad seduce a
grandes y pequeños, las compras, los diferentes espectáculos que abarrotan la
Gran Via, museos, jardines, el casco antiguo, sus remodelados mercados, el
rastro…
La tranquilidad y el confort que
ofrece un viaje en taxi son insuperables, sobretodo cuando estás en un lugar
nuevo que todavía no conoces. No hay nada como aterrizar y coger un taxi en el
aeropuerto para que te lleve a tu alojamiento mientras contemplas el mundo a tu
alrededor. Durante el trayecto, tienes tiempo para reflexionar sobre tus viajes
e incluso charlar con el conductor, que suele ser una fuente de conocimiento
local.
Cuando llevaba a algún turista en
mi taxi por el centro les sugería que miraran hacía el cielo para observar el
espectacular museo escultórico que ofrecen los tejados de los edificios,
figuras que pasan desapercibidas si uno no levanta la cabeza del suelo.
Pero el taxi en Madrid también
está al lado de los madrileños que tienen que ir a una consulta médica, de
papeleos (aunque ya menos por que casi todos se hace online), a visitar
familiares y amigos, salir a disfrutar de la noche madrileña, de sus
restaurantes, cines o teatros sin tener que preocuparse de aparcar o dejar de
disfrutar de un buen vino, cerveza…
La hotelería y restauración de
nuestra ciudad tiene para todos los gustos y bolsillos, dejando la experiencia
a gusto del consumidor para dejarle con el buen sabor de boca de volver.
Si vienes a Madrid no puedes
perderte: el cocido, los callos, las bravas, el bocadillo de calamares, los
churros… Una amplia oferta gastronómica de aquí y de todo el mundo, para tapear o sentarse a la mesa.
Madrid es para pasearla y
disfrutar de cada rincón mirando al pasado, el presente y al futuro. Una ciudad
que no descansa abierta a todas las personas, sin complejos, sin razas, sin
género, sin edad, en definitiva para TI. Madrid es vida.
Madrid desde el retrovisor 😉 bravo!
ResponderEliminarEncantada de haberte leído. ¡Genial!
ResponderEliminarMuy bonita reflexión, chulapa de pro
ResponderEliminar