Queridos compañeros y compañeras del taxi:
Hoy en el día Internacional de la Mujer ,escribo estas líneas con el corazón rebosante de agradecimiento. Tras años surcando las calles como taxista, quiero dedicar este escrito a todos aquellos que han hecho posible este viaje, especialmente a las mujeres que, como yo, han elegido este camino.
Ser mujer y taxista no siempre ha sido fácil. He vivido momentos de discriminación, de dudas y de miradas escépticas. Sin embargo, en este sector también he encontrado compañerismo, apoyo y la oportunidad de construir una carrera profesional plena y satisfactoria.
Quiero agradecer a todos aquellos que me han brindado su confianza, a los pasajeros que han depositado en mí la responsabilidad de llevarlos a su destino, a mis compañeros que me han guiado y apoyado en los momentos difíciles y, especialmente, a las mujeres que han abierto el camino para que otras, como yo, podamos seguir sus huellas.
Ser taxista es un trabajo duro, pero también gratificante. Nos permite conectar con personas de todos los ámbitos de la vida, conocer historias diferentes y ser testigos del pulso de la ciudad. Es un trabajo que requiere responsabilidad, compromiso y capacidad de adaptación, cualidades que las mujeres poseemos en abundancia.
Por eso, quiero animar a todas las mujeres que se sienten atraídas por este sector a que no se rindan, a que persigan sus sueños y rompan con las barreras que aún persisten. El taxi es un buen trabajo, un espacio donde podemos desarrollarnos profesionalmente, ser independientes y sentirnos orgullosas de nuestro servicio a la sociedad.
Juntas, podemos seguir luchando por la igualdad en el sector del taxi y demostrar que las mujeres somos tan capaces como los hombres de desempeñar este trabajo con profesionalidad, dedicación y excelencia.
¡Muchas gracias por todo a todos y a todas!
Firmado:
Azucena Cabezas. Una mujer orgullosa de ser taxista.
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