Hoy nos vamos de paseo a Gijón/Xixón,
ciudad que se asoma al Cantábrico por sus innumerables playas y acantilados:
cabo Torres, cerro Santa Catalina y cabo San Lorenzo.
El Cerro de Santa Catalina es el
embrión de la ciudad, cada centímetro de la península de Cimavilla encierra una
historia y rincones que fotografiar, enclave defensivo en la distintas edades
de la humanidad y hoy coronado por una imponente escultura: Elogio al
Horizonte. Escanciar una sidrina en la Cuesta del Cholo, visitar las termas de
Campo Valdés, la iglesia de San Pedro, su colegiata y palacio de Revillagigedo,
el ayuntamiento y su plaza, el puerto … Y ya después abrirnos al resto de la
ciudad que no nos dejará indiferentes.
Un espacio que nos fascinará es
la Universidad Laboral, edificio civil mas grande de España y una auténtica
ciudad de la cultura. Sus patios, jardines, teatro o su torre que nos trasladan
a la antigüedad clásica en medio de una alfombra verde.
Rutas, museos al aire libre,
música, playas … hacen de Gijón una ciudad abierta a cualquier visitante.
Nos cuenta Sonia, taxista de la
localidad < Gijón es dos cosas: marinero y “llambion” (apasionado del dulce)
por eso en los sabores gastronómicos no pueden faltar ambos. Los mejores
mariscos y pescados del Cantábrico llegan al plato el mismo día que se pescan
gracias a la rula del puerto del musel y la carne tiene denominación de origen
asturiana, verdes pastos que hacen una carne de primera y una leche y
mantequilla para sus inmejorables postres. Los manzanos de los alrededores de
Gijón se repueblan constantemente para hacer su bebida estrella la sidra, que
se escancia para sacar lo mejor de su sabor>.
Sonia nos recomienda que en
veranito probemos los frixuelos con una bola de helado de queso de cabrales y
en invierno una bolita de arroz con leche en su heladeria favorita: Islandia
Para ella <ser taxista en
Gijón es sin duda lo mejor del mundo. El clima es suave debido a la cercanía
del mar y para ella es como vivir una eterna primavera y en el paraíso. Sobre
los gijoneses dice que son gijonudos: abiertos, solidarios, hombres y mujeres
fuertes y luchadores. Nadie se va de Gijón con la barriga vacía ni con el
corazón frio>.
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