Pimientos rojos asados, una de esas recetas de mi vida y que me traen bastantes recuerdos.
No tengo que viajar, me quedo en casa. A mamá le gustaba hacerlos, pero no eran muy bienvenidos por parte de mis hermanos.
A día de hoy no puedo asarlos, olerlos o comerlos sin pensar en mi padre. En sus peores días le hacía feliz cuando le subía un bote de pimientos recién asados, su frase: "ya tengo la cena de hoy", y es que a él no le sentaban mal. Se hacía su bocadillín de atún con pimientos y hasta se relamía, algo que el alzheimer no le hizo olvidar.
Este escrito va por ti PAPÁ, allá donde estés y seguiré haciendo este plato porque me da la sensación de que te huelo y te siento cerquita.
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