A veces el ánimo decae, pero hay gente a tu alrededor que no merece sufrir lo que tú padeces y hacen que te vengas arriba aunque solo sea unos momentos.
A veces se mezclan las lágrimas y las risas. El llanto por quien no lo merece no tiene porque impedir la sonrisa dedicada al que si.
A veces te gustaría ser ese niño que ya hace tiempo dejaste de ser y disfrutar de todo.
A veces el día se convierte en noche sin que haya caído el sol. Pero, a veces la luna alumbra lo suficiente para hacerte brillar.
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