DESDE LOS FOGONES DE MI ABUELA
Recuerdo esa mesa de madera grande en el centro de la cocina en el Ventorro Dóniz, sentada en un tambor de detergente Colón allá por los años 70. El olor a gastronomía madrileña, sabores que llevo marcados a lo largo de los años y que a veces intento replicar para cerrar los ojos y disfrutar del recuerdo. Mis abuelos llevaban de feria en feria su bar por San Isidro, San Antonio, San Cayetano, La Paloma ... hasta que decidieron parar y establecerse. Entresijos, gallinejas o callos que ayudaba a limpiar y quizás por eso los tomé manía, y prefería otros caprichos que nos daba el abuelo. No faltaba el cocido madrileño, los asados y una vitrina en el mostrador llena de platos para tapas o bocadillos. Mi abuela hacía un caldo con judias verdes y lacón que a día de hoy sigo saboreándolo solo con el recuerdo, los bocatas de sardinas rebozadas con pimiento mientras me bebía una mirinda y tardes de domingo donde no faltaba el plato de jamón que al abuelo no le daba tiempo a tener llen...